Pediatría - Dermofarmacia
La piel del bebé, cuando nace , es particularmente suave y fina, y por tanto frágil, y vulnerable , aún no tiene capacidad para defenderse bien de las agresiones externas y es por tanto más sensible a los factores ambientales.
Desde el nacimiento, utiliza a diario cuidados hidratantes cuya seguridad y eficacia haya sido demostrada. Es recomendable que los productos sean de alta tolerancia, sin perfumes, colorantes, alcohol ni parabenos.
Si tiene la piel normal, es suficiente una crema hidratante facial de textura ligera, y una leche corporal.
Si tiene la piel ocasionalmente seca o bien quieres proteger su piel contra las agresiones, en invierno, utiliza productos enriquecidos con ingredientes nutritivos.
Para los labios y zonas más sensibles y expuestas, utiliza un stick hidratante.
En invierno, cubre bien las zonas frágiles (cabeza, nariz, garganta, orejas, manos…) con un gorro, una bufanda, unos guantes… para protegerlo tanto de los resfriados como de la sequedad provocada del frío.
En verano, no olvides protegerlo de las radiaciones ultravioletas. Las medidas de fotoprotección incluyen evitar la exposición solar directa, la protección con ropa, gorros y gafas solares, y el uso de cremas fotoprotectoras (la FDA no recomienda en menores de 6 meses).